¿Bono o factura demográfica? La pandemia pone en riesgo la promesa de la juventud en Mesoamérica
Los efectos del COVID podrían afectar toda una generación que prometía generar mayor crecimiento económico y mejores condiciones sociales en la región.
La región Latinoamérica se caracteriza por ser una región joven, en donde la mayoría de sus habitantes aún están en edad de trabajar contrario a otros países más desarrollados. En particular, los países más jóvenes de América Latina y el Caribe se encuentran en Mesoamérica (México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia y República Dominicana), donde el 55% de la población total es menor de 29 años, 8 puntos por encima del resto de la región. Esto brinda los países una ventana de oportunidad, durante la cual pueden crecer más económicamente y cuyos gobiernos pueden recaudar más para programas sociales. De acuerdo con la CEPAL, el crecimiento anual de los ingresos laborales de hasta un punto porcentual se ha debido al bono demográfico en la región durante las últimas décadas. A pesar de que el bono se verá reducido en los próximos años, aún continúan teniendo un gran impacto económico para países de Mesoamérica como Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.
Sin embargo, la región tiene numerosos desafíos que podrían reducir los beneficios del bono y que debido a la crisis podrían ser intensificados. Entre los principales desafíos, nos gustaría mencionar: la exclusión educativa y laboral de los jóvenes.
Un gran número de jóvenes no termina la secundaria. En América Latina especialmente en Mesoamérica persiste un alto nivel de exclusión escolar en los jóvenes, en países como El Salvador, Honduras y Guatemala la exclusión supera el 35% del total de jóvenes. Este problema es especialmente grave si se considera que los países con mayor porcentaje de jóvenes tienen una mayor inasistencia escolar. La falta de educación será uno de los principales obstáculos para que estos jóvenes puedan obtener empleos de alto valor agregado y con prestaciones sociales.
Debido a la crisis del COVID más jóvenes dejarán la escuela. Un reciente estudio del BID señala que la exclusión educativa podría aumentar un 12% debido a la crisis en América Latina y el Caribe y en países de Mesoamérica el aumento podría llegar al 19%. Este incremento en Mesoamérica ocurriría principalmente por la pérdida de salarios en hogares pobres y de clase media baja que podría obligar a que los jóvenes dejen la escuela por buscar trabajo.
Por otro lado, un alto porcentaje de jóvenes no encuentra trabajo. Previo a la crisis del COVID el número de jóvenes que no trabajaba ni estudiaba entre 18 y 23 años era de 25% en la América Latina y el Caribe y se espera que el total de jóvenes en esta situación incremente en un 21% debido a la crisis. Además, el 69% de los jóvenes que si encuentran trabajo lo hacen principalmente en el sector informal, esta cifra aumenta a 77% para los países de Mesoamérica. Por último, recientes encuestas llevadas a cabo en el mes de mayo durante la pandemia señalan que en varios países de América Latina el número de despido de jóvenes es el doble de la de adultos.
El ingreso de los jóvenes se verá reducido debido a la baja demanda del mercado laboral durante la crisis económica. Los jóvenes que ingresan al mercado laboral en tiempos de crisis tienen peores ingresos a lo largo de su vida en comparación a jóvenes con características similares en tiempos normales. Este fenómeno ocurre debido a la mala incorporación al mercado laboral, la poca adquisición de habilidades relevantes al inicio laboral y los bajos salarios.
Se estima que en América Latina los jóvenes entre 18 y 20 años que no estudian ni trabajan pierdan alrededor del 6% de su salario en los próximos 20 años. Esto es especialmente grave para los países de Mesoamérica que cuentan con un alto porcentaje de la población en este rango de edad cerca del 4%, en países como El Salvador, Honduras y Guatemala este porcentaje es incluso mayor.
En pocas palabras, el bono demográfico está en peligro si se considera que los países más jóvenes podrán verse afectados con más exclusión escolar y laboral. Los efectos del COVID podría afectar toda una generación que prometía generar mayor crecimiento económico y mejores condiciones sociales en la región. Sin embargo, los países aún están a tiempo de implementar políticas públicas que atiendan a los más vulnerables. Aún se puede construir un futuro para la región si se invierte y protege a los más necesitados durante y después de la crisis. Los gobiernos deberán fortalecer los sistemas educativos para mitigar los efectos de la deserción escolar, enseñar habilidades relevantes para el mercado laboral post-covid y garantizar mejores oportunidades para los jóvenes.
Para conocer más los invitamos a descargar las publicaciones:
Los costos educativos de la crisis sanitaria en América Latina y el Caribe
