Tres contribuciones a la investigación sobre la calidad de los servicios de cuidado infantil

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Este post apareció originalmente en el blog Primeros Pasos – Blog del BID sobre Primera Infancia, el 5 de Agosto del 2019.


Cuando se trata de servicios de cuidado infantil lo que importa es la calidad. Esta idea ha sido examinada muchas veces en este blog.

Aunque existen varias investigaciones sobre los efectos de la asistencia al preescolar o centros de cuidado infantil, sabemos muy poco acerca de cómo las diferencias en la calidad del servicio afectan el desarrollo infantil.

Este tema es importante dado que, en muchos países, incluyendo los de América Latina y el Caribe, el número de niños que se encuentra en alguna forma de cuidado fuera del hogar ha aumentado considerablemente en los últimos años.

¡Hablemos de la calidad!

Sabemos que el efecto del cuidado en el desarrollo infantil depende fundamentalmente de la calidad de estos servicios. También sabemos que la calidad de los procesos, es decir la frecuencia, el tipo y la naturaleza de las interacciones entre los niños y sus cuidadores, es el aspecto que más importa.

Nuestra publicación reciente en la prestigiosa revista científica “Journal of Human Resources” contribuye a esta agenda de investigación.

Estudiamos el Programa Nacional Cuna Más en Perú, que ofrece servicios de cuidado infantil para niños de 6 a 36 meses de edad en zonas urbanas con altos índices de pobreza. Recogimos datos de 291 centros Cuna Más, dos cuidadores por centro y más de 2.000 niños.  También filmamos las interacciones de los cuidadores con los niños a su cargo, analizamos los videos por medio de un protocolo que permite puntuar la calidad de las interacciones entre adultos y niños en ese tipo de entorno, y medimos el desarrollo de los niños en sus hogares.

Encontramos que los niños expuestos a cuidadores que ofrecen interacciones de mayor calidad muestran mejor desarrollo cognitivo, de lenguaje y de motricidad fina.

El video a continuación explica el estudio y sus implicancias.

Además del resultado principal, el estudio complementa y amplía la evidencia existente sobre la calidad de los servicios de cuidado infantil, de tres maneras:

  • Estudia a bebés y niños pequeños

Decidimos enfocarnos en niños de dos años de edad o menos ya que es el grupo etario para el cual existe poca evidencia. Es también el grupo etario al que debemos prestar especial atención: los estudios demuestran que los gradientes socioeconómicos entre los niños más pobres y más ricos aparecen a una edad muy temprana.

  • Se enfoca en la calidad de procesos

La mayor parte de los estudios sobre la calidad del cuidado infantil en los países en desarrollo se ha enfocado en medidas de calidad “globales”, es decir en una combinación de las interacciones entre cuidadores y niños, y de otros aspectos de la calidad, tales como seguridad, higiene y disponibilidad de materiales. Dada la evidencia que existe en Estados Unidos sobre la importancia de la calidad de los procesos para el desarrollo infantil, decidimos enfocarnos exclusivamente en este aspecto por medio de una herramienta de observación llamada Classroom Assessment Scoring System [Sistema de puntuación para la evaluación en el aula] o CLASS. Para el rango etario del estudio, la herramienta mide la calidad de las interacciones en dos áreas: apoyo emocional y conductual, y apoyo motivador del aprendizaje.

  • Analiza los efectos distributivos de la calidad

Varios estudios realizados en países de altos ingresos han demostrado que la asistencia al preescolar podría beneficiar más a los niños con los menores niveles de desarrollo. Complementamos estos estudios mediante el análisis de la asociación entre la calidad del servicio y el desarrollo infantil. Si bien nuestros resultados mostraron que esta asociación es significativa a lo largo de la distribución del desarrollo infantil, esta asociación parece ser especialmente fuerte para los niños con los menores niveles de desarrollo. Esto tiene implicancias importantes para la focalización de los servicios de cuidado infantil hacia aquellas personas que más los necesitan y que más se beneficiarían.

En definitiva: la calidad de las interacciones entre cuidadores y niños importa. Esto significa que los formuladores de políticas deben canalizar esfuerzos y recursos para crear las condiciones que permitan capacitar y retener a los cuidadores capaces de ofrecer interacciones de alta calidad a los niños a su cargo.

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