Cuatro cosas que debes saber sobre el castigo físico infantil en América Latina y el Caribe

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Este post apareció originalmente en el blog Primeros Pasos – Blog del BID sobre Primera Infancia, el 29 de Junio del 2020.


Las nalgadas, palmadas y otras formas de castigo físico, en las cuales se utiliza la fuerza para causar dolor o malestar para corregir la conducta de un niño, son prácticas comunes alrededor del mundo. Sin embargo, ¿sabías que estas prácticas se asocian con consecuencias contrarias a las que los padres buscan (buen comportamiento) y que existen alternativas más efectivas de disciplina sin violencia? En este artículo te contamos cuatro cosas que debes saber sobre el castigo físico y el maltrato infantil en América Latina y el Caribe.

En la región, 16.8 millones de niños entre los 2 y 4 años reciben nalgadas y otros castigos físicos en reprimendas por su comportamiento, o como medio para corregir su conducta. Esto significa más de la mitad de los menores de entre 2 y 4 años. Sin embargo, estas prácticas no sólo no logran el fin buscado, sino que pueden generar consecuencias negativas a largo plazo.  Además, existen alternativas de disciplina no violentas que son mucho más efectivas para manejar comportamientos desafiantes y fomentar el desarrollo de los niños. En este artículo te contamos cuatro cosas que debes saber sobre el castigo físico y el maltrato infantil en América Latina y el Caribe.

El castigo físico es muy común en América Latina y el Caribe

A pesar de los riesgos asociados al castigo físico, esta sigue siendo una práctica muy común en América Latina y el Caribe. Recientemente encontramos que 16.8 millones de niños entre los 2 y 4 años en la región (55.2% de todos los niños en ese rango de edad) reciben nalgadas y otros castigos físicos.

El castigo físico afecta negativamente el desarrollo de los niños.

Más de 50 años de estudios científicos muestran que el castigo físico se asocia con consecuencias negativas en el desarrollo de los niños. En particular, niños castigados físicamente suelen tener un desarrollo cognitivo más lento, sufren de mas problemas de comportamiento, desregulación emocional y agresividad y, en el largo plazo, tienen un mayor riesgo de sufrir de problemas de salud mental como depresión y ansiedad. Estas mismas consecuencias se han identificado en niños colombianos y chilenos.

¿Significa esto que todos los niños que son castigados físicamente tendrán problemas cognitivos o de salud mental? Así como no todos los fumadores desarrollan enfermedades pulmonares, no todos los niños castigados físicamente desarrollarán problemas cognitivos o de salud mental. Sin embargo, la evidencia indica que el castigo físico y las nalgadas sí incrementan riesgos para el desarrollo de los niños (así como el cigarrillo aumenta el riesgo de sufrir diversos problemas de salud).

Los niños más vulnerables suelen ser a su vez los más afectados por el castigo físico

Lamentablemente, los niños en expuestos a más adversidades y dificultades (como pobreza o violencia contextual) suelen ser a su vez los mas afectados por el castigo físico en América Latina y el Caribe. Por ejemplo, en Colombia el castigo físico es más prevalente en hogares en situación de pobreza y en zonas más afectadas por el conflicto armado.

Es probable que un mecanismo relacionado con afectaciones emocionales y de salud mental explique estos resultados. Las dificultades generadas por la pobreza y el vivir en un entorno hostil producen consecuencias fisiológicas – por ejemplo, la segregación de hormonas como el cortisol – y psicológicas – como estrés y sentimientos de angustia y ansiedad. – A su vez, como se discutió en una entrada anterior de este blog, cuando los padres sufren problemas emocionales o mentales, el vínculo afectivo con sus hijos se ve afectado. Más aún, estas afectaciones emocionales pueden incrementar la irritabilidad y reducir la paciencia y autocontrol de los padres, desencadenando así más reacciones impulsivas y violentas, como el castigo físico, frente a los comportamientos de los niños.

Por esta razón, es fundamental que ofrezcamos más apoyo a los padres y cuidadores que se encuentran en situaciones adversas en América Latina y el Caribe. Apoyar a los padres y cuidadores es la mejor forma de promover el desarrollo saludable de los niños en la región.

Existen alternativas de disciplina que son más efectivas para manejar el comportamiento y garantizar el pleno desarrollo de los niños

Teniendo en cuenta los riesgos asociados al castigo físico, es claro que esta práctica no produce los efectos que los padres buscan con su uso (por ejemplo, mejorar el comportamiento y autorregulación de los niños). De hecho, el castigo físico se asocia con consecuencias totalmente contrarias, potencialmente incrementando problemas de comportamiento y poniendo en riesgo el desarrollo de los niños.

Afortunadamente, sabemos que existen alternativas de disciplina no violentas que son mucho mas efectivas para manejar comportamientos desafiantes y fomentar el desarrollo de los niños. En particular, un sistema efectivo de disciplina debe fundamentarse en el establecimiento de reglas con límites y consecuencias claras. El establecimiento de rutinas, el diálogo, ofrecer ejemplos y alternativas de comportamientos deseados por los cuidadores, premiar comportamientos positivos y, lo más importante, el ejemplo que damos día a día, son piezas fundamentales de un sistema de disciplina positivo y efectivo.

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