Conflicto armado y decisiones de producción en el área rural
Foto: El Heraldo. Otra condena a la Nación por despeje del Caguán.
Esta entrada de Blog nace de un trabajo de tesis de Maestría en Economía de la Universidad del Rosario. Agradecemos a Vox.LACEA por brindar este espacio a nuestros estudiantes.
Colombia ha sufrido uno de los conflictos internos más prolongados del mundo, con importantes consecuencias sobre el desarrollo económico del país, especialmente en las áreas rurales. Por ser un conflicto ejecutado en gran parte en las zonas rurales, uno de los grupos poblacionales más expuestos han sido los productores agropecuarios, sobre los cuales han recaído la mayoría de las consecuencias directas del conflicto, implicando altos costos en el desarrollo de sus labores. De esta manera, el conflicto crea un ambiente hostil y de incertidumbre que afecta las actividades agropecuarias, pues los productores o bien ven amenazadas sus vidas y las de sus familias y abandonan sus tierras, o no encuentran un ambiente propicio para cultivar y comercializar sus productos.
El trabajo “Efectos del Conflicto Armado en las Decisiones de Producción en el Área Rural: Evidencia para Colombia” estudia los efectos del conflicto armado interno en la actividad productiva rural. En particular, el trabajo se enfoca en los efectos sobre las decisiones de producción medidas a través del uso del suelo. Para esto se utiliza la Encuesta Nacional Agropecuaria, que permite caracterizar el uso del suelo de las fincas en cuatro grandes agrupaciones: agrícola, pecuario, forestal y no agropecuario.
Teniendo en cuenta que, así como el conflicto puede afectar la producción, la producción puede a su vez modificar las dinámicas del conflicto (un problema de endogeneidad; Miguel, Satyanath y Sergenti. 2004), por lo que es necesario utilizar una situación que explique cambios en la intensidad del conflicto que no fuesen provocados por cambios en la producción. En este trabajo, esta variación exógena –o experimento natural- es la retoma por parte del gobierno de la Zona de Distensión otorgada previamente a la guerrilla de las FARC. La retoma se dio tras la ruptura de diálogos de paz entre el gobierno y el grupo guerrillero en 2002, y resultó en un cambio en la estrategia del conflicto.
Utilizando un enfoque de Diferencias en Diferencias y las distancias de las unidades de producción a la Zona de Despeje, se estudian los efectos del conflicto sobre las decisiones de producción de aquellos agricultores que, por encontrarse cerca de la zona de distensión, experimentaron una mayor incertidumbre y condiciones más desfavorables para la comercialización e inversión.
Se encuentra que los agricultores que pudieron quedarse en el territorio modificaron sus decisiones de producción e inversión de la tierra por actividades más líquidas y de rendimiento a corto plazo como las actividades pecuarias. En particular, bajo el modelo base, se encuentra que las fincas más expuestas al choque disminuyeron el área agrícola en -12.41 puntos porcentuales (pp) e incrementan el área pecuaria en 9.70 pp. El efecto se da vía una disminución del área agrícola en cultivos permanentes (-15.40 pp), cultivos transitorios (-14.46 pp) y áreas en descanso productivo (-1.62 pp); así como el aumento del área pecuaria en malezas y rastrojos (6.00 pp) que representa una inversión con menores costos relativos de producción y mayor flexibilidad en la oferta y comercialización.
El incremento en el uso pecuario se da por un aumento en las hectáreas de la finca en malezas y rastrojos (6.0 pp) y no en pastos y forrajes (-5.02 pp), que son usos sustitutos para la alimentación y la tenencia del ganado. Esta situación podría implicar una reasignación de las hectáreas agrícolas de la finca que pueden convertirse en insumo para la manutención de las actividades pecuarias, tales como el área agrícola en descanso productivo y el área que queda una vez se recoge la cosecha. Ambos usos del suelo agrícola constituyen una reserva para aumentar el uso pecuario vía malezas y rastrojos, que son un insumo con menor costo de producción que los pastos y forrajes, los cuales pueden requerir de mano de obra para su siembra y sistemas de riego y drenaje.
Bajo la racionalidad del productor, a pesar de que el área pecuaria puede hacerlos más visibles a los actores armados, parece dominar más la preferencia por dedicar la tierra a usos con rentabilidad a corto plazo y mayor liquidez. La lógica se deriva del hecho de que el incremento relativo en las actividades pecuarias se da sin incurrir en mayores costos de inversión en la finca, pues el productor estaría reutilizando las áreas que ya estaban presentes para otra actividad potencial. Adicionalmente, las actividades pecuarias pueden considerarse como activos más líquidos que los cultivos, ya que no están sujetas a inelasticidades en la oferta y constituyen una inversión que se caracteriza por brindar ingresos diarios y ser de fácil comercialización en todas las etapas de su ciclo productivo, los cuales son factores importantes que llevarían al productor a incurrir en menores costos en caso de tener que abandonar sus tierras por el conflicto.
Este trabajo aporta a la literatura de las consecuencias económicas del conflicto en Colombia al encontrar evidencia que sugiere que, ante un aumento del conflicto, los agricultores disminuyen el porcentaje de tierra dedicado a actividades agrícolas e incrementan el porcentaje dedicado a actividades pecuarias. Esto puede deberse a que el uso pecuario se asocia a activos más fáciles de vender y de rentabilidades de más corto plazo como el ganado. La progresividad de los efectos se mantiene en la misma dirección incluso dos años después del choque, lo cual da cuenta de las consecuencias permanentes del conflicto sobre el descenso de la producción agrícola.
Los efectos encontrados resaltan la importancia de la solución del conflicto vía diálogos y el enfoque de las políticas de posconflicto. En este sentido, se hace necesario no solo reparar a las víctimas restituyendo sus derechos de propiedad sobre la tierra, sino también implementando políticas públicas integrales que promuevan el retorno y permanencia de los agricultores en las áreas rurales y garanticen ambientes favorables que permitan mitigar la incertidumbre sobre sus decisiones de producción de largo plazo. Esto con el fin de recuperar la vocación productiva de las tierras que se dejaron de cultivar y fueron abandonadas o reemplazadas por actividades de más baja rentabilidad; la infraestructura que se destruyó y rezagó, así como los lazos comerciales que se perdieron por el abandono de la producción, la estigmatización y el aislamiento de las regiones con mayor intensidad del conflicto.
Referencias:
Miguel, E., Satyanath, S. y Sergenti, E. (2004). Economic shocks and civil conflict: An instrumental variables approach. Journal of Political Economy, 112(4), 725-753.
