Análisis de los programas sociales en Colombia: evidencia de encuestas a hogares
Entre los principales objetivos del Estado está la reducción de las brechas en distintos apartados sociales y económicos, como lo es la disminución de la desigualdad de ingresos y la pobreza en todas sus formas. Si se supone que en Colombia, desde la conformación del Estado Social de Derecho, el gasto social del gobierno se prioriza sobre la población más necesitada, su rol es fundamental en la búsqueda de los objetivos anteriores.
La focalización del gasto social, a través de los distintos programas que brinda el gobierno, tiene la función de atender y mejorar continuamente la calidad de vida de los grupos de población más marginados, por ejemplo, y más recientemente, con todas las ayudas dirigidas hacia las víctimas del conflicto armado, a raíz del acuerdo de La Habana.
Ahora bien, en la mayoría de estos programas para poder acceder a los incentivos que se brindan, se tienen distintos requisitos de ingreso, siendo el más influyente que la persona tiene que tener un puntaje máximo del Sisben. [1] A través de este sistema, se hace el reparto de la mayoría de ayudas del gobierno, con los posibles errores de exclusión e inclusión que se tiene, esta es una metodología que puede estar distribuyendo los recursos de una manera no tan eficiente.
Con la información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (DANE, 2017), se analizan las personas que afirmaron recibir ayudas en dinero de entidades del gobierno y su ingreso mensual, medido por deciles. Se observa, para el 2016, una concentración importante sobre los primeros 2 deciles (que tienen ingresos mensuales entre 75 y 151 mil pesos) y son pobres por ingresos según la metodología del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2017). No obstante, a medida que el ingreso de las personas aumenta, estas continúan recibiendo una parte considerable de las ayudas del gobierno, la población que hace parte del 6 al 10 decil de ingreso alcanzan a concentrar el 22% de todas las ayudas. Es decir que un 1/4 de los auxilios de programas del gobierno los reciben el 50% más rico de la población, ayudas que podrían estar utilizándose para la población de ingresos más bajos (véase cuadro 1).
Recientemente, se incluyó en la GEIH del DANE una pregunta sobre si las ayudas en dinero que recibe de entidades del Gobierno son de programas públicos como Colombia Mayor, Jóvenes en Acción y Más Familias en Acción. Lo que permite realizar análisis novedosos, pero antes vamos a explicar en qué consisten estos programas y su población objetivo. Primero, Colombia Mayor es un programa que busca proteger a los adultos mayores, en condición de pobreza o indigencia. Se les da un subsidio (entre 40 y 75 mil pesos) cada dos meses para que puedan pagar sus necesidades básicas.
Segundo, Jóvenes en Acción es un programa focalizado para las personas, entre los 16 y 24 años de edad, en condición de pobreza. Apoya con transferencias de dinero condicionadas a los jóvenes para que puedan realizar sus estudios. Tiene la finalidad de fomentar la generación de ingresos propios, la formación para el trabajo y el mejoramiento de las condiciones de vida.
Tercero, Más Familias en Acción es un programa que brinda incentivos económicos a las familias más pobres e indigentes con hijos menores de 18 años. Esto sujeto a unas condiciones, como es la asistencia de niños (de 0 a 6 años) a controles de crecimiento, que demuestren una alimentación y desarrollo saludable, y la asistencia permanente por parte de los hijos a centros educativos (desde el grado transición al grado once).
Si bien se intenta que los programas estén enfocadas en las personas de más bajos ingresos o más vulnerables, como se muestra anteriormente, cuando se hace la división de la población por deciles de ingreso y participación en cada uno de estos programas, se encuentra que las personas de ingreso medio y alto concentran una parte importante de estos incentivos. Según la GEIH en el 2016, las personas que pertenecen del 6 al 10 decil de ingreso concentran el 15% [2] de las ayudas de Más Familias en Acción, un porcentaje menor al que se encuentra con todas las ayudas del gobierno (cuadro 1). En cuanto a Jovenes en Acción y Colombia Mayor, se encuentra que los deciles más altos tienen una participación incluso más alta y desigual en las ayudas con el 38% y el 28% respectivamente (véase cuadro 2). Por lo que el impacto de estos programas, en términos de equidad y distribución, se puede ver afectado por su deficiente focalización, sobre todo Jóvenes en Acción que parece estar distribuido de manera homogénea por los diferentes deciles.
¿Qué tan efectivos son estos programas en Colombia para reducir la pobreza y combatir la desigualdad?
Ahora bien, se puede analizar el efecto de los programas mencionados anteriormente sobre la pobreza por ingresos. Para iniciar, en el 2016 según el DANE habían 13,3 millones de pobres en Colombia, es decir que el 28% de toda la población era pobre. Si se toman las ayudas recibidas por parte de la población y se restan de los ingresos de estas personas se encuentra lo siguiente.
Primero, 3,3 millones de personas afirmaron haber recibido ayudas en dinero de entidades del gobierno, esto permitió que 542 mil personas tuvieran un ingreso que los ubicara por encima de la línea de pobreza y dejaran de ser pobres bajo la metodología del DANE. Segundo, 1,8 millones de personas afirmaron haber recibido ayudas en dinero de Más Familias en Acción, esto permitió que 291 mil personas dejaran de ser pobres. Tercero, 1,2 millones de personas afirmaron haber recibido ayudas en dinero de Colombia Mayor, esto permitió que 172 mil personas dejaran de ser pobres. Cuarto, 103 mil personas afirmaron haber recibido ayudas de Jóvenes en Acción, esto permitió que 12 mil personas dejaran de ser pobres (veáse tabla 1).
El efecto relativamente medio de estos programas se puede explicar de dos maneras, la primera es que la distribución de recursos del programa atiende en buena parte a personas con ingresos medio-altos como se vio anteriormente. La segunda es que la gente no identifica el nombre del programa en la encuesta y no asocia un valor en dinero específico por lo que estos valores pueden tener un subregistro.
Por otro lado, se puede analizar el efecto de estos programas sobre la pobreza extrema. Si se eliminan las ayudas monetarias de las entidades del gobierno la pobreza monetaria extrema aumentaría 1,2% a nivel nacional, es decir habría 561 mil pobres extremos más. Una diferencia notable. Si se eliminan las ayudas en dinero de Más Familias en Acción la pobreza extrema aumentaría 0,67%, es decir habría 320 mil pobres extremos más. Si se eliminan las ayudas de Colombia Mayor la pobreza extrema aumentaría 0,34%, es decir habría 164 mil pobres extremos más (véase tabla 2). Lo que está ocurriendo, en su mayoría, es que las personas que eran pobres que dejaron de recibir esta ayuda se convirtieron en pobres extremos bajo la metodología del DANE.
Por último, se puede revisar la efectividad de estos programas sobre la desigualdad de ingresos medida por el coeficiente de Gini. Cuando se restan las ayudas en dinero que reportan las personas de sus propios ingresos, el Gini aumenta 1,26% y pasa de 0,517 a 0,524. Si se restan las ayudas de Más familias en Acción, el Gini aumenta 0,64%. Si se restan las ayudas de Colombia Mayor, el Gini aumenta 0,41%. Si se restan las ayudas de Jóvenes en Acción el Gini prácticamente se mantiene constante (véase tabla 3). La importancia de las reducciones en desigualdad es que se traducen en más oportunidades para la población más pobre y posiblemente en una mayor movilidad social.
Para finalizar, se evidencia que Más Familias en Acción tiene los mejores resultados sobre la pobreza y la desigualdad y, a su vez, este programa tiene la focalización más marcada sobre las personas de ingresos bajos. También, Colombia Mayor tiene efectos importantes en estos ámbitos, pero su focalización tiene algunos inconvenientes. En conclusión, el gasto social, como herramienta redistributiva en la sociedad, tiene campo de mejora en Colombia. En materia de eficiencia y focalización, se puede llegar a más personas con mayores necesidades teniendo los mismos recursos, y esto es a lo que le apunta la política pública. Los efectos de los programas anteriores para reducir la desigualdad y la pobreza podrían ser superiores. La reforma que se viene aplicando al Sisben, como sistema de acceso a programas públicos, es una buena manera de iniciar este proceso de relocalización de beneficios, que tiene que fomentar una sociedad más incluyente.
DANE. (2017). Estadísticas por tema. Obtenido de Pobreza y Condiciones de vida: http://publish.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones_vida/pobrez...
DANE. (2017). Microdato (DANE). Medición de Pobreza Monetaria y Desigualdad 2016. Archivo Nacional de Datos.
1. Es un puntaje de 0 a 100 calculado a partir de la información socioeconómica del hogar. El puntaje para los programas tiene un límite, que significa que el hogar o la persona es vulnerable en las siguientes dimensiones: educación, alimentación, empleo o vivienda.
2. Se calcula la participación solo de los hogares que respondieron haber recibido ayudas de este programa en la encuesta.
