Autoempleo: una categoría laboral heterogénea con diferentes consecuencias sobre la satisfacción individual
La heterogeneidad del autoempleo en América Latina conduce a resultados no concluyentes sobre la relación entre el autoempleo y la satisfacción individual. Si bien en la literatura queda bien establecido que las personas desempleadas son menos felices, la evidencia sobre el autoempleo no es suficientemente clara. En algunos estudios (Graham & Felton, 2005, 2006) se afirma que, en promedio, los trabajadores por cuenta propia en América Latina están menos satisfechos con su vida que los trabajadores asalariados, situación contraria a lo que ocurre en países desarrollados. La razón de esta divergencia podría venir dada por las marcadas diferencias entre los distintos tipos de ocupaciones que engloba la denominación “autoempleo”.
Es difícil esclarecer la relación existente entre el autoempleo y la satisfacción individual cuando los beneficios que aporta la pertenencia a este estatus: independencia, ausencia de jerarquía, flexibilidad y autonomía, pueden verse compensados por los perjuicios causados: inseguridad e inestabilidad económica. Si en vez de considerar el autoempleo como una categoría en sí misma la subdividimos teniendo en cuenta lo distintos tipos de ocupaciones que la conforman, posiblemente sería más fácil reconocer qué efectos prevalecen en cada ocupación: los beneficios o los perjuicios.
En Cortés-Aguilar et al. (2013) se analiza el efecto del autoempleo sobre la satisfacción con la vida, el trabajo y los ingresos. Utilizando el Latinobarómetro 2007 se clasifica a los trabajadores por cuenta propia en cuatro grupos: profesionales, propietarios de empresa, granjeros/pescadores y trabajadores en ocupaciones precarias. Dentro del último grupo se incluyen individuos sin cualificación laboral: vendedores ambulantes, limpia-botas, limpia-cristales, etc. El porcentaje de auto-empleados en la muestra es del 54% de los individuos (ver Tabla 1), de los cuales el 57% son individuos en ocupaciones precarias, el 24% son propietarios de empresa, el 15% son granjeros o pescadores y el 4% son profesionales.
El Latinobarómetro proporciona diferentes medidas de satisfacción que responden al tipo de cuestión: Sobre una escala de 0 a 10, donde “0” significa “muy insatisfecho” y “10” significa “muy satisfecho”, ¿Podría decirme cómo de satisfecho está con su vida/ su trabajo/ los ingresos de su hogar?. Con estas medidas de satisfacción, se observa que, en promedio, los trabajadores asalariados están más satisfechos con su vida, su trabajo y sus ingresos que los trabajadores por cuenta propia (ver Tabla 1). Sin embargo, si se tiene en cuenta las distintas ocupaciones en las que se ha dividido la categoría autoempleo, se detecta que los profesionales y propietarios de empresa están más satisfechos con su vida y su trabajo que los empleados asalariados. Mientras que los granjeros/pescadores y los que tienen autoempleo precario están, en media, menos satisfechos en los tres dominios que los otros trabajadores por cuenta propia y que los asalariados1.
Tabla 1: Descriptivos de auto-empleo y satisfacción
Para profundizar en estas relaciones se construyen modelos empíricos donde se explica el comportamiento de los tres dominios de satisfacción (vida, trabajo, ingresos) en función de distintas variables socio-demográficas, recursos individuales (riqueza y capital social de los individuos) y categoría laboral.
Cuando se tiene en cuenta la categoría autoempleo de forma global, sin dividirla en tipos de ocupaciones, el resultado es que los autoempleados no muestran diferencias en términos de los niveles de satisfacción con los empleados. En el análisis también se tiene en cuenta si el individuo reporta tener garantizada tanto la libertad de elegir el trabajo como de conseguirlo y de aquí es donde surge la única excepción al resultado anterior: aquellos que son auto-empleados y han elegido esta categoría laboral como oportunidad o voluntariamente están más satisfechos con su renta que aquellos que son auto-empleados por necesidad.
Cuando se desagrega la categoría de autoempleo en las distintas ocupaciones mencionadas anteriormente se observan diferencias. Los propietarios de empresa están más satisfechos con su vida, su trabajo y sus ingresos que los empleados asalariados. Es decir, para los propietarios de empresas parece claro que la influencia positiva de la autonomía, falta de jerarquía y la independencia domina a los efectos del riesgo y la inestabilidad económica asociados al autoempleo. La propia ocupación, ser propietario de una empresa, muestra que el individuo es más propenso al riesgo, y por tanto esas características no son determinantes para él, frente a la autonomía. Esta categoría laboral sólo muestra menos satisfacción si existen muchas oportunidades de encontrar un trabajo. Esto hace pensar que son individuos que eligieron inicialmente esta ocupación como necesidad frente al desempleo. En el resto de ocupaciones no hay diferencias con respecto a los asalariados en términos de los niveles de satisfacción con la vida en general, pero sí aparecen diferencias si se considera la satisfacción con los ingresos y con el trabajo. Si consideramos los profesionales, solo se detecta mayor satisfacción que los asalariados en sus ingresos. En el caso de los granjeros/pescadores y trabajadores en ocupaciones precarias los resultados muestran que sienten menos satisfacción con su trabajo y sus ingresos que los empleados asalariados.
De acuerdo con estos resultados, en América Latina, dada la dimensión y la naturaleza heterogénea del autoempleo, dividir esta denominación en tipos de ocupaciones más homogéneas permite capturar de forma más efectiva cómo afecta el autoempleo a la satisfacción individual. Si bien para algún tipo de autoempleo la autonomía y flexibilidad de su ocupación parece ser considerada como una ventaja en comparación con los empleos asalariados, para otras ocupaciones, la inseguridad económica y la falta de estabilidad impide que los individuos consideren su trabajo como una fuente de satisfacción.
1. Todas las diferencias comentadas son estadísticamente significativas.
Referencias:
Cortés-Aguilar, A.; García-Muñoz, T.M. & Moro-Egido, A.I. (2013). Heterogeneous self-employment and satisfaction in Latin America. Journal of Economic Psychology, 39, 44-61.
Graham, C. & Felton, A. (2005). Does Inequality Matter to Individual Welfare? An Initial Exploration Based on Happiness Surveys from Latin America. CSED Working Paper No. 38. Washington DC: The Brookings Institution.
Graham, C. & Felton, A. (2006). Inequality and Happiness: Insights from Latin America. Journal of Economic Inequality, 4(1), 107-122.
