La comunicación es clave para proteger la salud mental de los niños durante la pandemia de COVID-19 (y más allá)

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Este post apareció originalmente en el blog Primeros Pasos – Blog del BID sobre Primera Infancia, el 17 de Agosto del 2020.


En el contexto de casi 21 millones de casos de COVID-19, una prioridad urgente en todo el mundo es la salud mental de los niños, que componen el 42% de la población del planeta. Los niños han sido testigos de las devastadoras tasas de infección y muerte, de las restricciones en sus vidas cotidianas y de la preocupación de sus padres y sus comunidades por las consecuencias de la pandemia. Por lo tanto, si bien los niños resultan relativamente inafectados de manera directa por el virus, no podemos subestimar su impacto psicológico.

¿Qué podemos hacer para proteger el bienestar psicológico de los niños en estos tiempos turbulentos?

Las investigaciones demuestran fehacientemente que la manera en que hablamos sobre las enfermedades con riesgo de vida tiene un impacto a largo plazo en el bienestar psicológico y físico de padres e hijos. Teniendo esto en cuenta, un equipo del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford preparó una plataforma de recursos gratuitos (en inglés) para brindar apoyo a padres, maestros y profesionales de la salud sobre la manera de comunicarse con los niños acerca de las enfermedades, la muerte y el COVID-19.

Sabemos que los adultos hacen todo lo posible para que sus hijos no se sientan preocupados, tristes o angustiados. Muchos tienen dudas sobre lo que los niños comprenden de las enfermedades y la muerte y eso se suma a las dificultades para hablar con ellos sobre el COVID-19. No obstante, hasta los niños más pequeños son conscientes de los cambios en las emociones de los adultos, o de la ausencia de los cuidadores que les son conocidos. La manera en que comprenden las enfermedades y la muerte evoluciona gradualmente durante la niñez, por lo cual preguntarles qué saben y qué entienden es un buen punto de partida. De este modo, podemos adaptar la información según corresponda y resolver las confusiones. Esto es particularmente importante con niños de entre cuatro y siete años, edad en la que están influidos por el “pensamiento mágico”. El pensamiento mágico es cuando los niños creen que sus pensamientos, comportamientos o deseos causan eventos externos, como cuando un niño piensa erróneamente que su madre o su padre se enfermó porque él se portó mal. Para evitar que los niños se culpen o sientan ansiedad y remordimiento innecesarios, es fundamental darles información precisa sobre el COVID-19 usando lenguaje concreto.

Tenemos que hablar con honestidad sobre la incertidumbre de la pandemia y sobre cómo está cambiando la vida familiar, sin abrumar a los niños con nuestros temores. Hablar y compartir los sentimientos ayuda a los niños a comprender los cambios que tal vez ya hayan notado en el comportamiento de los adultos a su alrededor. También les permite hablar sobre sus propias emociones y compartir sus preocupaciones y frustraciones.

¿Qué papel juegan las escuelas?

Las escuelas también ofrecen a los niños un lugar seguro para hablar sobre las experiencias de las que a veces resulta difícil conversar en casa. Los maestros son importantes modelos a seguir y los niños pueden acudir a ellos para recibir apoyo. Sin embargo, las preguntas de los niños sobre las enfermedades o la muerte pueden generar ansiedad a los maestros en cuanto a cómo abordar estos temas delicados. Para que el personal de las escuelas pueda estar preparado para responder las preguntas de los niños, el equipo de Oxford creó una guía de apoyo (en inglés). Los maestros pueden usar esta guía junto con el conocimiento que tienen de cada uno de sus alumnos.

El rol del personal médico y de asistencia social

El COVID-19 ha generado una migración repentina hacia las plataformas de comunicación telefónica y virtual, lo cual es especialmente pertinente para el personal médico y de asistencia social, que ha tenido que afrontar simultáneamente una cantidad abrumadora de pacientes y de muertes. La presión adicional sobre el personal y la devastadora tarea de informar a las familias sobre la muerte de un ser querido tiene un impacto emocional incluso sobre el personal más experimentado. Además, la ausencia de las visitas en el hospital significa que el personal tiene pocas oportunidades para desarrollar relaciones con las familias; esto es especialmente crítico porque el rol del paciente como figura de importancia para los niños de la familia (por ejemplo, como padre, madre o abuelo) puede pasar desapercibido. Dada la importancia de la comunicación eficaz para el bienestar psicológico de los niños, los profesionales deben identificar de modo proactivo a los niños que son importantes para los pacientes/residentes, para no olvidarlos en la comunicación con la familia.

Entonces… ¿cómo hacemos posibles estas conversaciones imposibles?

El equipo de Oxford desarrolló recursos gratuitos que se tradujeron a varios idiomas, los cuales incluyen:

  • Guías paso a paso y animaciones para el personal médico y de asistencia social sobre cómo dar noticias difíciles por teléfono.
  • Guías paso a paso y animaciones para las familias sobre cómo explicarle a un niño la muerte de un ser querido.

Los cambios en el mundo que están afrontando nuestros niños pueden parecer inexplicables, pero juntos tenemos que encontrar maneras y palabras para expresar sus experiencias e impedir que millones de niños deban afrontar solos sus miedos e incertidumbres. Empoderarnos y equiparnos para hablar con los niños sobre las enfermedades y la muerte puede mitigar los efectos psicológicos a corto y largo plazo. Ayudar a proteger la salud mental de nuestros niños es nuestra responsabilidad: debemos actuar ahora.

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